Sonido
Que mi voz sea esa caricia. Ondas sonoras que se propagan hasta el pabellón de tus oídos. Transmitiendo este delicado abrazo por medio del yunque, martillo y estribillo. Recorriendo hasta el centro de tu cerebro, y suavemente propagándose estas ondas, ondas eléctricas haciendo este recorrido de 50 centímetros. Sí, una caricia desde tus oídos y cabeza hasta tu corazón. Siendo estas un tesoro, tesoro que recorre dentro de tu ser.