Profundidades del corazón

Nuestra cabeza y corazón están llenos de emociones y pensamientos que necesitan ser vertidos en papel. Todos anhelamos ser encontrados. ¿Quién busca algo que nunca se perdió? ¿Quién desea algo que nunca fue? Me duele tanto que no me correspondas. Me duele tanto que no me busques ni que pienses en mi. Me duele tanto aceptar la realidad, somos humanos rotos, me duele tanto estar lleno de emociones y pensamientos negativos. Acepto mi realidad y sé que me puedo ahogar en un mundo de emociones y en alta mar. ¿Quién puede rescatarme de estas aguas profundas de sentimientos y emociones? No he descubierto a alguien capaz de hacerlo si no viene con Tú revelación y autorización. Solo tú me lo puedes mostrar. Quiero vomitar esta indigestión de emociones y sentimientos para estar mejor. ¿Quién estará dispuesta a apreciar lo peor de mi? ¿Quién está dispuesta hacer su imaginación realidad conmigo? ¿Quién está dispuesta a tener intimidad conmigo sin temor al rechazo ni juicio? ¿Quién está dispuesta a compartir sus deseos más profundos conmigo y sus pensamientos más retorcidos sin temor a perderte? ¿Quién desea tener esa conexión de alma, mente, cuerpo y alma? Autonomía, dejarte ser quien realmente eres y apreciarte por tu esencia. Odio que huyas ante mis emociones y sentimientos. Odio que seas fría. ¡Qué cambiarás sería un milagro!, y si cambias ¿serias tú? O ¿ya no serías la misma? Si cambias deberías seguir siendo tú en tu mejor versión. Yo no te puedo cambiar. Es egoísta de mi querer cambiarte. Son mi deseos más profundos de no aceptarte por quien eres. Ahí es cuando de das cuenta lo roto que estoy por dentro. Es a este mundo real con el que te enfrentas. Mi mundo. Yo también necesito de alguien quien me rescate. No sólo tú necesitas rescate. Lo mejor es querete y amarte por como eres. Al final es Dios quien sacia, sana, rescata, restaura, llena, levanta, transforma, renueva, reinventa, revitaliza, libera, fortalece, pacífica, limpia, enfoca, motiva, lo más profundo e íntimo de mi ser.